Los investigadores Antonio Orihuela y Camilo Álvarez de
Morales presentaron ayer en el marco de la 33ª Feria del Libro de
Granada su obra 'La Casa del Chapiz', que repasa los seis siglos de
historia de este edificio, tanto desde el punto de vista puramente
arquitectónico y patrimonial como en su condición de sede de la Escuela
de Estudios Árabes desde 1932. Orihuela, director de este centro
dependiente del CSIC, y Álvarez de Morales, investigador de la misma
hasta su reciente jubilación, estuvieron arropados por representantes de
las instituciones que han editado el libro: la directora de la
Editorial de la UGR, María Isabel Cabrera, la vicerrectora María Elena
Martín Vivaldi, la directora del Patronato de la Alhambra, Mar
Villafranca, y el representante del CSIC, Ramón Rodríguez.
«El libro hacía falta porque la Casa del Chapiz es uno de
los edificios de época andalusí más importantes de Granada y, después de
la Alhambra, el que más cuadros y fotografías ha generado», explicó a
IDEAL Antonio Orihuela, quien recordó que muchos de los artistas que
retrataron los paisajes alhambreños se fijaron también en esta casa
morisca entre la Cuesta del Chapiz y el Camino del Sacromonte, como John
F. Lewis, que en 1833 realizó un grabado de una de sus ventanas, o
George Apperley, que dedicó a Granada varias décadas de su trayectoria
como pintor.
Aunque no se sabe a ciencia cierta cuándo se construyó la
casa, los autores apuntan que era una almunia nazarí que ocupaba desde
su actual emplazamiento hasta el río Darro. «Tenía cuatro paratas
escalonadas, a semejanza del Generalife, de las que solo queda la de
arriba: en la segunda están las Escuelas del Ave María, en la tercera el
Carmen del Negro, donde se está haciendo el Archivo Histórico
Municipal, y en la cuarta el Palacio de los Córdova», explicó el
experto, quien recordó que la almunia cumplía una doble función como
«explotación agrícola y casa de placer para su rico propietario».
Lo que sí se sabe es que, a partir de 1525, pertenecía a
dos familias moriscas, las de Hernán López el Ferí y Lorenzo el Chapiz.
Fue pasando por diversas manos y deteriorándose hasta que, a finales del
siglo XIX, su estado de ruina propició un clamor en Granada pidiendo su
restauración.
En 1919 fue declarada Monumento Arquitectónico Artístico y
el arquitecto director de la Alhambra de la época, Leopoldo
Torres-Balbás, fue una pieza clave en su restauración en los años
posteriores. El Gobierno de la República decidió dedicar el inmueble a
albergar la Escuela de Estudios Árabes, que comenzó a funcionar en 1932.
Así, los autores no solo se ocupan de la evolución de la casa y sus
jardines, sino de la institución docente e investigadora, actualmente
dependiente del CSIC, pero en la que la Universidad de Granada tuvo «un
papel decisivo y primordial».
Orihuela explicó que, pese al estado de ruina que sufrió
durante muchos años, la Casa del Chapiz conserva gran parte del edificio
original. «A mediados del siglo XIX, por el abandono y la falta de
mantenimiento, se hundieron dos crujías del patio grande, la que da a la
Cuesta del Chapiz y la que da al sur, hacia la Alhambra. Cuando
Leopoldo Torres-Balbás restauró la casa decidió, en lugar de reconstruir
las crujías con obra, hacerlo con cipreses, siguiendo una técnica
moderna de restauración que también empleó en el patio de Machuca de la
Alhambra», resaltó.
Pocos turistas
A pesar del abandono, la casa morisca no fue especialmente
expoliada: apenas faltan seis columnas de una arquería de uno de los
patios, que desaparecieron al caer la crujía. En cambio, otras piezas
fueron puestas a buen recaudo: «La ventana que dibujó Lewis está en el
Museo Arqueológico Nacional, que ha vuelto a incluirla en su colección
permanente tras su reestructuración. En el Museo Arqueológico de Granada
hay una pila de mármol de una fuente. Y en el Museo de la Alhambra
están los elementos que sostenían la puerta de la sala principal». Los
investigadores han utilizado por primera vez documentos procedentes
desde los años 20 hasta la actualidad que se encontraban en los
servicios administrativos y ahora se han catalogado y pasan a formar
parte del archivo, a disposición de los investigadores.
El libro, que incluye una planimetría nueva con todos los detalles del edificio y sus jardines, está dirigido tanto a un público especializado como a cualquier persona interesada en conocer algo más sobre el rico patrimonio de la ciudad.
Antonio Orihuela considera que la Casa del Chapiz, quizá por ser sede de una institución docente e investigadora, recibe menos visitas turísticas de las que merece por su importancia y belleza. En la actualidad, está abierta todos los días de 9.00 a 18.00 horas y la entrada es gratuita. Eso sí: una vez que sea incluida en el recorrido turístico La Dobla de Oro, que promueve la Alhambra, habrá que pagar el bono correspondiente para poder acceder a su interior.
Ideal.es